miércoles, 27 de febrero de 2013

Un Verano Diferente

Tenemos la suerte de contar con un Neptune, el implante totalmente sumergible que le permite a Milo escuchar en situaciones que antes era imposible como la pileta o el mar.
A pesar de esto que a nosotros los adultos nos pareció maravilloso de entrada y de que Milo tenia mucha ilusión, no fue instantáneo su acostumbramiento.
Milo nos dice que escucha "más bajo" y distinto que con sus implantes habituales y esto lo llevaba a decidir no utilizar el IC de agua.
Me sentía muy frustrada al principio del verano dado que Milo asiste todos los años a una colonia (summer camp se llama en otros países) donde parte de la tarde transcurre en la pileta con amigos y juegos. Mucha de esta recreación tiene reglas, consignas que los niños deben seguir. Así y todo Milo prefirio leer los labios, que se lo expliquen antes de quitarse los Ics o simplemente jugar libremente.
Al principio insistí pero luego me sentí mal porque parecía tener yo más ganas que él y en cierta forma no respetaba su realidad cuando él se acomodaba perfectamente.
Aprendido esto dejé de siquiera sugerirle que  llevara su IC de agua.
Un día que estábamos almorzando con toda nuestra familia, tíos, abuelos, primos etc., escucho que Milo le pregunta a su primito de la misma edad si él escuchaba cuando tenia la cabeza sumergida totalmente en el agua. Su primo le respondió que solo escuchaba "burbujas". Milo insistió: "¿pero entendes si te pregunto algo? y después de pensar un poco su primo agrego: "yo hablo y escucho con la cabeza afuera del agua".
Entendí entonces que Milo pensaba que todos menos él escuchabamos dentro del agua igual que afuera, por eso él decía que escuchaba mal, que era diferente.
Nos fuimos a la playa y pidió él solo llevar su IC de agua pero con un metodo diferente del que se lo habíamos puesto otras veces. El Neptune viene con diferentes agarres: con una banda elástica ajustable en el brazo, con un broche para el gorro de baño o la remera de agua y por ultimo con una bolsita que se cuelga del cuello. Este ultimo fue el que prefirió esta vez Milo. No se lo sacó en todo el verano.

Con esto una vez más aprendimos que debemos esforzarnos por "escuchar" es decir oír con atención según la definición del diccionario, especialmente a nuestros hijos. Cuando respetamos sus tiempos y no mi ansiedad, todo se resolvió satisfactoriamente.

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