lunes, 24 de septiembre de 2012

Primeros Momentos - 2007


En los días que empezamos a notar que Milo no escuchaba bien ya teníamos información acerca de que algo estaba mal. Es decir que salimos del Hospital donde él nació,  con un estudio llamado Otoemisiones que había dado negativo. En su caso había nacido con los pulmones inmaduros por lo cual recibió asistencia y a las horas el cuadro empeoró con un neumotórax espontáneo. Estuvo internado  varios días. A todos los bebés que pasan por neonatología (por lo menos en esa Clínica) se les realizaba este examen sencillo que da una primera idea de como está el sistema auditivo. A veces da mal y hay que repetirlo al mes cuando el conducto auditivo está más maduro y no hay liquido en los conductos. En nuestro caso a Milo le dieron siempre mal, y a medida que aumentaba la complejidad de los exámenes estos seguían dando negativos.
Muchos me decían que recibir la noticia de que tu hijo tiene un problema es como si un bomba cayera en el medio de la familia. Hoy esa visión trágica y fatalista no me cierra del todo, porque ese bebe o beba, es vida , no es destrucción y siento que su momento de llegar no puede igualarse ni en un segundo a la destrucción de una bomba. También pienso, puede ser que hemos superado ese momento y la familia esta fuerte y feliz.
La bomba, que me mencionaban en el momento inicial, agresiva y destructiva la siento lejos para definir la situación. Lo que vivimos se parece más a un licuado mental y familiar, todo se sacude, va para una lado para el otro, nos chocamos, nos desarmamos y formamos algo nuevo como familia, como sistema.
Además  de Milo, tenemos dos hijas mayores que él, Azul y Ámbar, sin ningún problema auditivo, que en el momento de nacer Milo tenían 4 y 2 años respectivamente.
Para darles una idea de cómo el problema de un miembro de la familia influye en todos, vaya un ejemplo: Azul, cuando  le explicamos que problema estábamos notando en su hermano y que debía usar audífonos, me dice un día: “mamá, yo ahora no voy a ser más Azul….””¿cómo qué no? ¿y quien vas a ser?” “voy a ser la hermana del sordo”’’. Tenía un poco de razón, para que engañarnos, nos redefiníamos como familia y ella lo había captado. Es obvio que si alguien habla de nosotros, que Milo sea sordo va a ser fundamental en nuestra descripción como familia algo así como “viste Roberta? , “No, quien es? “la mamá del nene sordo”. En ese tiempo se me hacia raro, hoy lo disfruto, créanme, lo llevo con orgullo, porque Milo es más que un nene sordo, Azul y Ámbar muchísimo más que las hermanas del sordo y podemos ver como todo se ha ordenado. El sistema familiar se ha rearmado.
Azul, Ambar y Milo- Mayo 2007

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